Por qué Estados Unidos está tan interesado en Ucrania
- 15 Feb 2022
Estados Unidos dice que quiere “proteger a Ucrania de Rusia”. Pero lo que no dice es que Ucrania es una pieza clave de su propia estrategia de dominación económica. Una estrategia totalmente al servicio de sus multinacionales, y donde la clase trabajadora no tiene nada que ganar.
Para Estados Unidos, el control de Ucrania tiene tres objetivos principales: reforzar la OTAN, debilitar a Rusia y controlar las rutas del gas natural.
1. Fortalecimiento de la OTAN
La OTAN es una alianza militar creada en 1949 para hacer frente a la “amenaza soviética”. Sin embargo, la organización no desapareció con la caída de la URSS. Por el contrario, ha seguido creciendo, integrando progresivamente a todos los antiguos países socialistas: Hungría, Polonia y la República Checa en 1999, los Estados bálticos y casi todos los Balcanes entre 2004 y 2020. En la actualidad, la OTAN es la mayor organización militar del mundo, que reúne a la mayoría de los países europeos y norteamericanos. Y aunque originalmente sólo podía usar la fuerza en defensa propia, ese estatus ha cambiado. Ahora tiene autoridad para intervenir allí donde los intereses de sus miembros –encabezados por Estados Unidos– se vean amenazados, incluso fuera de su territorio. [1]
Para Estados Unidos, la ampliación de la OTAN para incluir a Ucrania –el país más grande de Europa– es un objetivo clave. En 1997, Zbigniew Brzezinski, uno de los estrategas estadounidenses más influyentes, escribió que la colaboración de la OTAN con Ucrania “podría convertirse en la espina dorsal geoestratégica de Europa”. [2] Ya en 2007, el Congreso estadounidense proporcionó ayuda financiera a Ucrania para facilitar su adhesión a la OTAN. Poco antes de la vigésima cumbre de la OTAN en 2008, el presidente Bush visitó Kiev. Allí declaró públicamente su deseo de que Ucrania entrara en la OTAN y agradeció a los ucranianos su contribución militar en Irak, Afganistán y Kosovo. [3]
En este marco hay que entender toda la ayuda militar que Estados Unidos proporciona a Ucrania. Desde 2014, esta ayuda ha sido valorada en 2.500 millones de dólares por los propios Estados Unidos. [4] También en este marco hay que entender la importante expansión del ejército ucraniano, que ha pasado de 6.000 soldados en 2014 a 150.000 en la actualidad, según un estudio del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos. [5] El desarrollo del ejército ucraniano está estrechamente supervisado por Estados Unidos, para el que Ucrania debe convertirse en un importante socio militar.
2. El debilitamiento de Rusia
En la década de 1990, justo después de la caída de la URSS, Rusia era en gran medida servil a Estados Unidos y no preocupaba demasiado (las empresas estadounidenses hacían prácticamente lo que querían en el país). Esto cambió cuando Putin llegó al poder en 2000. Intentó convertir a Rusia en una gran potencia de nuevo, favoreciendo a los oligarcas rusos frente a los inversores extranjeros. Naturalmente, esto no gustó a los Estados Unidos.
Por ello, Estados Unidos se propuso debilitar a Moscú por todos los medios, incluso impidiéndole crear un bloque económico independiente con Ucrania. “Sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio”, explicó el estratega Brzezinski en 1997.
“Para Moscú, restablecer el control sobre Ucrania –un país de cincuenta y dos millones de habitantes con abundantes recursos y acceso al Mar Negro– significa asegurarse los medios para volver a ser un poderoso Estado imperial.” [6]
La integración de Ucrania en la OTAN también pretende debilitar a Rusia. Un informe de 2008 al Congreso afirma que la adhesión de Ucrania sería “una garantía contra posibles intentos rusos de revivir su ‘imperio’”. [7]
Este deseo de debilitar a Rusia es aún más acuciante ahora que Rusia se está acercando más a China, el otro gran rival de Estados Unidos. Los acuerdos comerciales entre ambos países siguen creciendo. En 2019, durante una visita del presidente chino a Rusia, las dos potencias acordaron alejarse gradualmente del dólar en sus intercambios comerciales. [8]
3. Control de las rutas del gas
Nord Stream II es un proyecto de gasoducto de más de 1.000 kilómetros que une Rusia con Alemania. Duplicaría el suministro de gas natural a Europa. Estados Unidos, que compite con Rusia como primer proveedor mundial, ve con muy malos ojos la construcción del gasoducto. En 2018, Donald Trump exigió que se abandonara el proyecto por completo y acusó a Alemania de estar a sueldo de Rusia. [9] A continuación, aprobó una ley que amenazaba con imponer sanciones a cualquier empresa vinculada al proyecto. [10]
Empujar a los países europeos a un conflicto con Rusia puede ser una forma de que Estados Unidos eche por tierra el proyecto, especialmente presionando al máximo a Alemania. De este modo, Estados Unidos espera suministrar su gas de esquisto –más caro y contaminante– a Europa, y debilitar de nuevo a Rusia. En cualquier caso, una vez más, son los intereses de las multinacionales los que están en juego, no los de la clase trabajadora, ya sea en Ucrania o en el resto de Europa.
Conclusión
Estados Unidos no está tan interesado en Ucrania para “proteger a los ucranianos de la amenaza rusa”. Es sobre todo para defender sus propios intereses económicos y geoestratégicos. Con su política de confrontación, Estados Unidos está jugando un peligroso juego en el que la clase trabajadora europea podría ser la gran perdedora. En primer lugar, por la creciente amenaza de conflictos armados. En segundo lugar, porque Estados Unidos instiga a los países occidentales a aumentar el gasto militar en detrimento de los presupuestos sociales. Y, por último, porque su deseo de controlar el gas podría provocar un aumento aún mayor de los precios de la energía en un momento en que cada vez más hogares europeos no pueden permitirse calentar sus casas. La clase obrera no tiene nada que ganar con un conflicto abierto entre Ucrania y Rusia. Por eso es mejor desescalar la violencia promoviendo soluciones diplomáticas y poniendo fin a la expansión de la OTAN.
Notas:
[1] Este cambio fue refrendado en Le Concept Stratégique de l’Alliance de 1999.
[2] Zbigniew Brzezinski, Le grand échiquier. L’Amérique et le reste du monde, 1997, p. 118.
[3] “Ukraine: Current Issues and U.S. Policy”, Informe al Congreso de Estados Unidos RL33460, 10/09/2008, pp. 14-17.
[4] Según Joe Biden, citado por RTBF, 19 de octubre de 2021.
[5] “Ukrainian Armed Forces”, análisis del Servicio de Investigación del Congreso, 26 de enero de 2022.
[6] Zbigniew Brzezinski, Le grand échiquier. L’Amérique et le reste du monde, 1997, pp. 74-75.
[7] “Enlargement Issues at NATO’s Bucharest Summit”, Informe al Congreso de EE.UU. RL34415, 18/04/2008, p. 23.
[8] “La Russie et la Chine s’éloignent du dollar”, www.fr.businessam.be, 10 de agosto de 2020.
[9] “Au sommet de l’OTAN, Donald Trump met en cause l’Allemagne, ‘prisonnière’ de la Russie”, Le Monde, 11 de julio de 2018.
[10] “Nord Stream 2: Trump approves sanctions on Russia gas pipeline”, BBC, 21 de diciembre de 2019.
Ilustración de portada: Shutterstock
Traducido por Edgar Rodríguez para Investig’Action
Fuente: Solidaire