Ocampo hizo trampa: ¿ cuándo se liberará a Gbagbo?

El caso Ocampo ha desenmascarado la hipocresía general de la política occidental. La versión oficial de los medios de comunicación presenta las acciones de nuestras grandes potencias como si estuvieran guiadas por la preocupación por la democracia y el bienestar de los pueblos, lo que sería confirmado por una justicia internacional neutral e independiente. Pero Ocampo ha manipulado las «investigaciones» sobre el golpe de Estado contra Gbagbo en Costa de Marfil, ayudó a hundir Libia en el infierno, ha demonizado a Venezuela haciéndose pagar por los oligarcas latinos, ayudó a demonizar Eritrea porque ese gobierno está tratando de liberar su país de las garras de las multinacionales y de su Banco Mundial. En resumen, Ocampo se ha prostituido en un «Tribunal Penal Internacional» que en realidad fue financiado por intereses privados como George Soros. El caso Ocampo desenmascara la corrupción y los intereses sórdidos aplicados en todas estas guerras. Llamamos a cada uno/a a informarse más objetivamente porque las mentiras mediáticas también matan.

 

Usted es el Consejero en Europa de Laurent Gbagbo, ¿cuál ha sido su reacción después de que saliera a la luz el «caso Ocampo»?

 

Bernard Houdin: Conozco bien a los periodistas de Mediapart, sabía que iban a descubrir una serie de cosas y que estaban trabajando sobre todo ello para sacarlo cuando hubiera una confirmación de la realidad de todos los documentos que estaban en sus manos. Sabía que ayer debían salir estos primeros documentos sobre Laurent Gbagbo, lo cual en realidad solo es la confirmación definitiva de que hubo un montaje en el caso Gbagbo.

Desde la detención del Presidente y su traslado a La Haya hace varios años, yo mismo he tenido la oportunidad de escribir, ya sea en tribunas o en mi libro sobre los Ouattara*, y demostré que el traslado de Gbagbo a La Haya fue un traslado ilegal en lo que respecta al derecho e incluso al estatuto de Roma. El documento que se publicó ayer es la ilustración final y definitiva de que hubo un montaje para llevar a Gbagbo a La Haya, sin seguir ninguna norma legal.

 

¿Arroja ello una nueva luz sobre el golpe de Estado organizado por Francia en Abidjan en 2011?

 

No, porque yo lo viví desde el interior, ya que estuve en el palacio presidencial casi durante toda la crisis … Para la anécdota, les diré que fui enviado en misión por el presidente el 26 de Marzo, y no pude regresar a Abidjan porque el 30 de marzo el aeropuerto estaba todavía ocupado, y mi vuelo debía regresar el 30 a Abidjan, así que fui retenido en Europa…

De hecho, es la conclusión en 2011 de todo lo que comenzó con el golpe de Estado en 2002, todo ello mantiene una continuidad. En mi opinión, existía el deseo absoluto, el día de la elección de Gbagbo en 2000, de desencadenar una cuenta atrás. Así, de una manera u otra, se trataba de poner fin a la experiencia de Gbagbo en Costa de Marfil, por razones oscuras, que no van a mejorar la imagen de las relaciones franco-africanas y que van en contra incluso de los intereses de Francia.

Yo soy francés de origen, y siempre le digo a mis conciudadanos franceses que se han sucedido desde 2002, sea Chirac, Sarkozy, Hollande o Macron, que el interés de Francia es tener líderes africanos del temperamento de Gbagbo, y no del temperamento de Mangou!

A largo plazo, es una garantía de buenas relaciones con un continente que explotará en los próximos 30 años. La posición que el presidente de Francia acaba de avalar sobre la cuestión de Costa de Marfil, para alguien como yo, formado en una educación occidental… ¡es un insulto a la inteligencia!

 

El documento de Mediapart se publica el día en que el Jefe de Estado Mayor de la época de Laurent Gbagbo trae su testimonio a La Haya…

 

Es un testimonio que, bajo aspectos de negación de las propias acciones, es una absoluta descarga de las actas de la acusación del TPI contra Gbagbo. Ni por un segundo, el Jefe del Estado Mayor permitió probar la existencia de un plan común, o una masacre de gente ordenada por Gbagbo, ¡es incluso lo contrario! Si se sigue el juicio en sentido estricto, en ningún momento el testimonio de este jefe de Estado mayor atestigua del plan común que la acusación ha cargado sobre los hombros de Gbagbo o su entorno.

Todo ello demuestra que se trata de un montaje hecho antes aún de la detención de Gbagbo, porque si nos fijamos en el correo electrónico, que es de las 10:40 h. del 11 de abril, pues las 10:40 es la hora de Francia, mientras que en Costa de Marfil son las 8:40. A las 8:40 de la mañana, el ejército no había sido arrestado, y ya se ve la mecánica de qué hacer con Gbagbo después de la detención, y es el fiscal quien dirige la danza, ya que para poder hacer eso debe haber una orden, investigaciones, etc. Es mucho tiempo. Y en aquel momento, mientras que todavía no había sido detenido, ya estaban a punto de montar la mecánica para llevarlo a La Haya. Es una prevaricación legal, a la vez contra todas las leyes que rigen la comunidad occidental, y contra el propio estatuto de Roma !

 

Usted ha estado exigiendo la liberación de Laurent Gbagbo durante años. ¿Cree que este escándalo acelerará la decisión?

 

Acerca del paso de Laurent Gbagbo por el TPI y su juicio, durante años he estado afirmando que solo habían dos soluciones :

Si se liberase a Gbagbo, sería como una partida de nacimiento del TPI, ya que a día de hoy todavia no llega a despegar. Aparte de dos pequeños juicios, el TPI no desempeña su papel, que fue el papel que los fundadores del estatuto de Roma pretendían hacer desempeñar a un tribunal internacional de justicia… Mientras que allí, el único jefe de Estado juzgado, es el más demócrata de todos los africanos. Hay algo que falla.

Si por el contrario, el Tribunal insiste en querer condenar a Gbagbo, eso sería su certificado de defunción, y considero que el documento revelado ayer es el primer elemento de esta desaparición de la Corte a término, si se mantiene en la misma línea.

No se trata de exigir la liberación de Gbagbo, sino sobre todo la voluntad de proteger hasta el fin la idea de una verdadera justicia internacional, juzgando a las personas que realmente deben ser juzgadas. No voy a hacer la vuelta de África, Europa, América o Asia, pero creo que hay un número de personas en la tierra cuya acción podría preocupar al TPI en el marco de las relaciones internacionales.

Sin querer entrar en polémicas, la acción de Sarkozy en Libia fue al margen de cualquier regla, la acción de GW Bush en Irak fue al margen de cualquier regla… son elementos que ya deberían alertarnos sobre cómo anda el derecho internacional. Y además debo señalar que el nombramiento del Fiscal de la Corte Penal Internacional se aprueba en nombre del Consejo de Seguridad de la ONU.

Y hay que ver que en ese Consejo de Seguridad, entre los 5 miembros permanentes, solo hay 2 que firmaron el Estatuto de Roma. Es decir, que hay gente que está en contra del Estatuto, y son las tres primeras potencias del mundo: Estados Unidos, China, Rusia, las que pueden dar la aprobación y nombrar al Fiscal, mientras que no son miembros del TPI. ¿No hay un error de casting en alguna parte, por ahí?

 

* Bernard Houdin es el autor del libro «Los Ouattara, una impostura de Costa de Marfil».

 

Traducido del francés por C. Acózar. Relectura por Investig’Action

Fuente : Investig’Action

 

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