Marruecos declara la guerra a los civiles saharauis

La violencia se ha reanudado en el Sáhara Occidental, donde el ejército marroquí intervino para desalojar a los manifestantes que bloqueaban el paso de El Guerguerat. Se levantan voces para denunciar la complicidad de Francia y la actitud de esperar y ver de las Naciones Unidas.


 

Tras 24 días de protesta pacífica de la sociedad civil del pueblo saharaui (asociaciones de jóvenes, mujeres, organizaciones de derechos humanos) para bloquear el paso de El Guerguerat, las Fuerzas Armadas Reales (FAR) de Marruecos pusieron en marcha una operación militar en un intento de dispersar a los manifestantes, violando efectivamente el acuerdo de alto el fuego vigente en la región.

Un acuerdo, firmado en 1997, definió una “zona de amortiguación de 5 km de ancho hasta la frontera con Mauritania” y preveía “la prohibición de actividades militares y civiles en ambos lados.”

Al bloquear el “paso ilegal” al tráfico comercial de vehículos marroquíes, los manifestantes exigieron la organización de un referéndum de autodeterminación, objetivo para el que se creó la misión ONU Minurso (1991) y que fue renovada por un año más el pasado 31 de octubre. Los manifestantes también piden una investigación de las Naciones Unidas sobre las persistentes violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados y en las cárceles marroquíes contra los presos políticos saharauis.

Para el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, la intervención de las fuerzas armadas es una operación “pacífica, proporcionada y respetuosa de los civiles”, dado que Marruecos “no tuvo más remedio que intervenir para romper el estancamiento y restablecer el libre comercio.”

Para el Frente Polisario, se trata de una “agresión militar violenta contra civiles desarmados”. El Polisario había advertido varios días antes que cualquier posible intervención del ejército marroquí sería vista como una “declaración de guerra”. La respuesta del Ejército Popular de Liberación Saharaui (ELPS), en máxima alerta durante unos días por el envío de ciertos contingentes militares desde Rabat, no se hizo esperar. De hecho, las fuerzas del Frente Polisario evacuaron a la población civil y respondieron militarmente a esta agresión.

Lamentablemente, esta reanudación del conflicto había sido anunciada por muchas partes. El martes, el presidente del Comité de Defensa del Senado de Estados Unidos, James Inhofe, expresó fuertes temores sobre una posible “escalada militar de Marruecos, con el riesgo de un nuevo conflicto y una desestabilización paulatina de toda la zona.”

También expresaron preocupaciones el grupo parlamentario de la GUE (Izquierda Europea), en particular los representantes del Partido Comunista Francés (PCF), que en una nota oficial condenó “la violación del alto al fuego por parte de Rabat” y subrayó cómo el incumplimiento del derecho internacional fue posible gracias al apoyo de algunos países europeos y de Francia en particular.

Una referencia a las declaraciones del ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, quien, durante una visita a Marruecos esta semana, había reiterado el apoyo francés al plan de autonomía propuesto por Marruecos, como “un plan creíble para una solución negociada.” “París, tras haber entorpecido las resoluciones del referéndum y haber violado las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la explotación de los recursos del Sáhara Occidental, se prepara para apoyar este nuevo conflicto junto a Rabat”, indicó el Comunicado de prensa de GUE.

La actitud de esperar y ver de la ONU sobre la escalada militar en la región es preocupante. En una carta urgente dirigida al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (Rasd), Brahim Ghali, subrayó que la agresión de Marruecos se debe también a “la inacción de las Naciones Unidas” e instó al Consejo de Seguridad a “intervenir urgentemente antes de que la situación empeore aún más.”

 

Fuente: Il Manifesto