El espectro de Venezuela persigue a los espíritus malintencionados
- 10 Jul 2017
En el contexto europeo, cualquier excusa es buena para no abordar los problemas socioeconómicos provocados por las políticas neoliberales. De ahí que la desinformación sobre Venezuela esté en pleno apogeo. Las redacciones occidentales transmiten la imagen de un país «no democrático» y se agitan para apoyar «protestas pacíficas», a imagen del periódico Le Monde, que dijo a sus lectores que la oposición venezolana tiene «prohibido manifestarse».
«¿Un régimen autoritario?”
La actitud de la oposición venezolana podría parecer irracional, al consistir básicamente en rechazar las ofertas de diálogo de Maduro y exigir su derrocamiento (incluyendo por medios violentos como solicitando el apoyo de una intervención militar extranjera de Estados Unidos). Pero lo es mucho menos cuando sabemos que se basa en un apoyo sin fisuras de los medios de comunicación «de referencia» como Le Monde, como cuando titula: «En Venezuela, se prohibe la manifestación de la oposición» sin aportar la menor prueba.
En realidad, el derecho a la protesta pacífica está protegido por la Constitución de Venezuela. Así, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López recordó que «este derecho no se aplica en el caso de que las manifestaciones se vuelvan violentas». Lo cierto es que a menudo la violencia en las manifestaciones fue claramente anunciada de antemano por la oposición, lo que demuestra que en adelante ya no se propone llegar al poder por una vía democrática.
Hagamos un repaso al inicio de las manifestaciones: el 7 de abril de 2017, el colegio Gustavo Herrera fue vandalizado y destruido. El 8, unos manifestantes violentos atacaron la sede del Tribunal Supremo. El 14 de abril, fue el turno de una veintena de comercios. El día 15, un grupo de manifestantes prendió fuego a la sede de la red de distribución de alimentos Mercal en Los Teques. Otros objetivos incluyeron una biblioteca, una clínica móvil, unidades de transporte público como el metro, vehículos de limpieza de la ciudad, e incluso los periodistas de la cadena de televisión pública VTV… En cualquier país tales acciones son condenadas y castigadas por las autoridades respectivas, sin que los medios de comunicación internacionales traten de justificarlos.
Hasta que llegamos a una situación nunca vista, sin precedentes en la historia de la «represión de manifestantes pacíficos»: entrenados en las técnicas de la emboscada, los «guarimberos» (nombre que habitualmente se le da en el habla popular a los manifestantes que utilizan la violencia), incluso lograron desarmar a los agentes de policía. Otra primicia que no pasará en Le Monde: uno de los responsables del ataque contra el Tribunal Supremo admitió que actuó a cambio de una recompensa de trescientos mil bolívares por el partido «Primero Justicia» de Henrique Capriles. Pero medios como Le Monde explican a sus lectores que la oposición venezolana no tiene suficientes libertades.
De 2002 a 2017, un patrón casi calcado
Los acontecimientos recientes en Venezuela tienen un equivalente directo en las protestas que precedieron al golpe de Estado contra Chávez en abril de 2002, y más recientemente en febrero de 2014. En los tres casos se reúnen intentos muy claros de desestabilización en el país con el objetivo de provocar enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y victimas mortales. Esta estrategia del caos es el requisito previo a la intervención de militares golpistas y a la legitimación del golpe de estado por parte de la opinión pública internacional.
En 2002, unos francotiradores mercenarios habían apuntado a los manifestantes de ambos lados, causando la masacre de Puente Llaguno que sirvió como pretexto para la destitución de Chávez. Los medios internacionales recibieron calurosamente el golpe y la «salida del tirano.» Pero el pueblo salió a las calles para defender a su presidente electo y su Constitución. Fiel al pueblo, el ejército bolivariano expulsó a los golpistas del palacio presidencial y devolvió el poder a Chávez.
Unos meses más tarde, la corresponsal de Globovisión Gladys Rodriguez y su marido, confesaron haber participado en la grabación de un vídeo en el que unos militares golpistas anunciaban muertos … un día antes de los acontecimientos. Curiosamente esta manipulación no afectó en nada el carácter «democrático» de la oposición, a pesar de que varios actores de la época siguen siendo los mismos que llaman a derrocar al gobierno hoy.
Julio Borges (en el centro), Leopoldo Lopez (derecha) y Henrique Capriles
(Esquina inferior derecha), leyendo una declaración de apoyo al golpe de Estado (11 de abril de 2002)
Entre los actores clave de las protestas violentas de 2014, cuyo balance se sitúa en 43 muertos y más de 800 heridos, efectivamente encontramos a Leopoldo Lopez, líder del partido de extrema derecha “Voluntad Popular”. A finales de 2013, López había llamado al derrocamiento de Maduro mediante la «Operacion La salida», nombre en clave de un nuevo intento de golpe. La manipulación de los medios jugó entonces un papel crucial a la hora de transformar a matones o mercenarios armados en manifestantes «pacíficos». La Guardia Nacional Bolivariana fue uno de los objetivos de estos ataques, con varios oficiales y sargentos muertos.
En 2016, la única estrategia de la derecha fue eliminar el Presidente Nicolas Maduro a través de un referendo revocatorio. Pero al mismo tiempo, siguió llamando a salir a la calle «hasta que la democracia sea restaurada». En sus marchas se pudo observar una vez más varios casos de violencia contra la policía.
Unas ONG por encima de toda sospecha
«Venezuela no es un país democrático» … Este es, efectivamente, el mismo discurso repetido hasta la saciedad por Le Monde, The New York Times, El País y otros medios de «comunicación», que dan sistemáticamente la palabra a la oposición desde hace años. De ahí el extraño efecto que es escuchar día y noche los ataques de la oposición contra el gobierno de Chávez y luego en contra de Maduro, como si su final estuviese cada vez más cerca … De este modo, estos medios revelan su falta de objetividad y confunden el deseo con la realidad. Más importante aún, no explican el apoyo del pueblo a su gobierno desde hace 18 años, y por lo tanto pierden de vista lo esencial.
A nivel internacional, la oposición también cuenta con el apoyo de una amplia gama de supuestas “organizaciones no gubernamentales” y otras instituciones, como la NED (National Endowment for Democracy). Ahora bien, la NED ha asignado una aportación económica considerable a las fuerzas políticas reunidas en la MUD (Mesa de la Unidad Democrática): más de 14 millones entre 2013 y 2014.
Oigamos a su co-fundador, Allen Weinstein: «Muchas de las actividades que estamos llevando a cabo hoy en día, eran asumidas por la CIA veinticinco años atrás. La gran diferencia es que cuando estas actividades se llevan a cabo abiertamente, el fiasco potencial es cero. La apertura es su propia protección «. (Washington Post, 22 de septiembre de 1991)
En las fuentes utilizadas por muchos medios de comunicación, no es sorprendente encontrar constantemente a ONG “independientes” como Freedom House. En su más reciente podio particular de 2017, Venezuela se habría unido a Cuba entre los países de América Latina «menos libres». Esta institución nos alerta: la patria de Bolívar se habría «despojado de su fachada democrática.» Bueno, pues Freedom House, que se dedica a visibilizar el grado de libertad en el mundo, está financiado al 80% por… USAID (la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y por el Departamento de Estado de Estados Unidos de América. Asi que, ¿ no se trataria más bien de defender su «interés nacional» y la «libertad» de sus multinacionales como Exxon?
Reunión del ALBA-TCP, la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América –
Tratado de Comercio de los Pueblos
El ALBA amenazado por la Triple Alianza y la OEA
A nivel regional, acontecimientos tales como la elección de Mauricio Macri a la presidencia de Argentina, luego de Luis Almagro como Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) y, finalmente la destitución de Dilma Roussef en Brasil, marcaron un punto de inflexión en las relaciones interamericanas. La llamada «Triple Alianza» (Brasil, Paraguay y Argentina) ha multiplicado las declaraciones en contra de Nicolas Maduro, acusándolo de «no ser bastante democrático».
Este apoyo regional es particularmente favorable para la oposición, que ha aprovechado para presentarse como una víctima de un gobierno «represivo» en materia de libertades y derechos humanos. Ahora bien, ni el golpe contra Dilma ni las tendencias autoritarias de los gobiernos Macri y Temer han causado gritos de indignación en la sala de prensa de París, Londres, Madrid o Washington.
Lo mismo sucede cuando Almagro copia a Donald Trump en su técnica de diplomacia agresiva en las redes sociales, dedicando 218 tweets para «pintar y presentar una realidad negativa del país y su gobierno», como lo denunció Bernardo Alvarez, embajador de Venezuela en la OEA recientemente fallecido. Según la Canciller de Asuntos Exteriores Delcy Rodriguez, este porcentaje aumentó hasta la obsesión, alcanzando el 70% de su actividad en Twitter entre el 14 y 24 de marzo, es decir justo antes del inicio de la actual crisis.
Para quienes se pregunten acerca de quién considera Almagro como un modelo de demócrata venezolano, la respuesta es… Rómulo Betancourt, presidente de Venezuela en dos ocasiones; entre 1945 y 1948 y entre 1959 a 1964. Es cierto que en su época, gobernar fue más bien un juego. Según el informe final de la Comisión de la Verdad y la Justicia, el gobierno puso en marcha la desaparición forzada en 1961. Durante el gobierno de Betancourt, las garantías constitucionales fueron suspendidos por 542 días, de un total de 1637.
Así que no es una sorpresa que Venezuela sea objeto de una atención particular de los medios, incluso en los períodos electorales, como fue el caso en España a principios de 2016 y recientemente en Francia. Cumpliendo la función de un cordón sanitario, las declaraciones escandalosas y generalizadas contra su gobierno y por extensión hacia el ALBA, se utilizan para ocultar los hechos esenciales y para desacreditar a las personas que los revelan.
De norte a sur, la información es a menudo filtrada por categorías de pensamiento fabricadas por esos modelos de «democracia avanzada» que serían Estados Unidos y la Unión Europea. Para estos bloques imperialistas, el hecho de que los países del ALBA hayan logrado sacar a 11 millones de personas de la pobreza en 5 años no es una buena noticia. Pero gracias al papel de esos paises determinados a actuar por otro mundo posible, la cooperación y la solidaridad entre los seres humanos por fin prevalecen sobre las fuerzas de la competición y la ley del mercado. ¡De eso es de lo que tienen miedo!
Fuente: Diario de Nuestra América, Investig’Action
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