Un mensaje de los halcones de Washington

stellaEl golpe militar en Honduras del pasado 28 de junio, que en realidad
había comenzado a dar señales a mediados de ese mes, cuando el
automóvil que transportaba al presidente Manuel Zelaya Rosales fue
atacado, es un globo de ensayo de los nuevos esquemas golpistas que
Estados Unidos plantea para la región, cuando su contrainsurgencia
“cívica” no puede lograr la desestabilización de gobiernos, como se
intenta en varios países de América Latina.


 

El
presidente fue secuestrado por militares en su casa en la madrugada del
28 de junio y trasladado a Costa Rica en el mejor estilo de los golpes
del terrorismo de Estado del pasado.
La gravísima situación que
continuó con medidas represivas, asesinatos, secuestros de
funcionarios, de periodistas y de la propia canciller Patricia Rodas y
embajadores de otros países, pone contra la pared a la propia
administración estadounidense de Barack Obama.

Todos los testimonios y denuncian señalan a los organismos de inteligencia y militares de Estados Unidos.
Hay
una realidad incuestionable. Ese país mantiene una base militar en
Palmerola, en la zona de Comayagua y construye otra supuestamente para
la lucha antidrogas sobre la Costa Atlántica hondureña.
Con
semejante instalación en un país como Honduras, la vigilancia del Grupo
militar de la embajada y las instituciones como la CIA y el FBI, más
sus fundaciones dependientes, disfrazadas de “democráticas”, es
imposible que ignoraran el golpe de Estado.

En Palmerola, entre
San Pedro Sula y Tegucigalpa, está ubicada la estratégica Base Aérea
José Enrique Soto Cano, donde opera la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo
de Estados Unidos. Esta base fue impuesta en el esquema de la Guerra
Fría en los años 80, cuando Washington llevaba adelante la guerra
encubierta contra Nicaragua sandinista.
Por ese entonces, el
embajador enviado por Estados Unidos, John Negroponte( 1981-1985) era
llamado el “Virrey de Honduras” por la forma en que controlaba la
situación interna de ese país y también toda Centroamérica.

Honduras
es un país extremadamente vigilado y nadie podía ignorar en la sede
diplomática de Estados Unidos lo que se estaba preparando contra el
presidente Zelaya.
Los primeras rispideces entre el mandatario y
Washington se produjeron el 27 de enero de 2006, a sólo ocho días de la
asunción del gobierno cuando el entonces embajador estadounidense
Charles Ford le solicitó asilo para el terrorista cubano- americano y
agente de la CIA, Luis Posadas Carriles. Asi lo relató el presidente el
29 de agosto de 2008 a periodistas en su país.

Zelaya dijo que
rechazó esa petición y respondió que era imposible porque Posada
Carriles “era una persona seriamente cuestionada en el mundo por actos
terroristas”.
Posada había sido detenido en marzo de 2005 en Estados
Unidos supuestamente por ingresar “ilegalmente” al país, pero era una
operación de la Cia para proteger a uno de sus hombres, que en el año
2000 con otros de sus compañeros, fue apresado con explosivos en
Panamá, durante la Cumbre iberoamericana cuando intentaba asesinar al
presidente Fidel Castro y al mandatario venezolano Hugo Chávez.
Asimismo
Posadas Carriles está acusado por Venezuela por su autoría en un
atentado contra un avión de Cubana aviación que estalló sobre Barbados
y dejó 73 víctimas en 1976.

Al relatar estos hechos Zelaya dijo
que le constaba la defensa estadounidense de ese tipo de terrorismo y
recordó las constantes interferencias de las embajadas de Estados
Unidos en América Latina y cómo país fue víctima de la Guerra Fría en
los años 80 cuando desde ese territorio se atacaba a Nicaragua.

La
oposición interna en Honduras se activaría cuando Zelaya decidió unirse
a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
En junio de
2008 visitó Honduras, Negroponte, entonces subsecretario de Estado,
quien realizaba una gira regional y fue recibido por la protesta
popular ya que estaba acusado por su responsabilidad en la desaparición
forzada de más de 200 hondureños y extranjeros y la persecución,
prisión y tomentos inferidos a otros en los años 80.
Negroponte
manejó el traslado de militares de la dictadura argentina para acordar
con la CIA el apoyo en la guerra sucia de los mercenarios de la
“contra” nicaragüense, todo esto denunciado internacionalmente y sobre
lo cual hay testimonios y documentos desclasificados.

Le
preocupaba en 2008 que el presidente Zelaya, ante la situación de
riesgo que presentaba el aeropuerto internacional de Tocontín en
Tegucigalpa, hubiera pensando en ubicar un gran aeropuerto comercial en
Palmerola.

El cálculo de Estados Unidos es que la construcción
del aeropuerto significaría el retiro de su base en el lugar. “Esto (de
construir un aeropuerto) no se hace de la noche a la mañana” dijo
Negroponte quien al finalizar su paso por Honduras donde mantuvo
reuniones con el presidente Zelaya para firmar algunos acuerdos, pero
además se reunió con la presidenta de la Corte Suprema de Justicia,
Vilma Morales, y el titular del Parlamento Roberto Micheletti.
La
Corte y Micheletti fueron activos participantes del golpe y este asumió
el gobierno, mintiendo sobre la renuncia de Zelaya que nunca existió.

También Negroponte se reunió con los ex presidentes Carlos Flores  y Ricardo Maduro y otros dirigentes opositores.
Después
de esta visita se incrementó la campaña opositora contra el presidente
en la que la embajada de Estados Unidos tuvo papel preponderante.

El factor interno

En
un informe reciente el analista Guido Eguigure (Portal Rebelión, junio
2009) hizo una cronología de esta oposición interna que defiende
poderosos intereses y de la que Zelaya “tomó distancia” desde el
comienzo de su gestión, asumiendo una política interna independiente de
esos poderes y de la presencia externa. .

Sus medidas fuertes
contra la corrupción estructural, la evasión fiscal, el enriquecimiento
ilícito y otros males responsables de la injusticia que condenó a la
pobreza y al olvido a Honduras. Zelaya eliminó el “monopolio de la
importación de combustibles que dejaba ganancias millonarias a una
empresa” y negocios de importación de armas y medicinas” entre otros,
que durante unos 20 años estuvieron en manos del dueño de dos grandes
medios de información. A su vez este potentado mediático recibía una
fuerte “ayuda” económica del Estado.

“En 2008 enfrentó
directamente a los diputados del Congreso en contra de un acuerdo de
estos para reformar la ley electoral pretendiendo financiar de manera
permanente los partidos políticos con el presupuesto nacional,
propuesta que se gano el rechazo unánime de la población y del
ejecutivo”, señaló el analista.

Hubo otro distanciamientos con
el Congreso por la elección de la nueva corte suprema de justicia y el
Fiscal General que “borró la línea divisoria entre los dos partidos
tradicionales, que se ubicaron nítidamente en contra del interés
nacional y en contra del ejecutivo”

El presidente realizó
importantes avances a nivel social, pese a la oposición del Congreso y
las conspiraciones y profundizó una amplia alianza con los sectores
populares, mientras los grandes medios no cesaron nunca de atacar a su
gobierno.

Estos actuaron decisivamente en el golpe con una
propaganda terrorista contra la consulta no vinculante que había
propuesto el gobierno planteando la posibilidad de un plebiscito
destinado a realizar una Asamblea Constituyente.

Una consulta a
todas luces legal, democrática y necesaria ya que llegando al
bicentenario de la independencia de América Latina uno de los puntos
clave es la reforma de constituciones donde en muchos casos privan
normas neocoloniales impuestas por intereses ajenos a las soberanías
nacionales o utilizables para sostener las dependencias.

Los
medios masivos, también secuestrados por el poder neocolonial, actúan
en Honduras con la típica metodología contrainsurgente desinformando y
creando miedos en la población y sus discursos son modelos envejecidos
de la Guerra Fría, como se ha visto tanto en el golpismo en Venezuela,
Bolivia, Ecuador, Argentina y en otros lugares.

Esa
contrainsurgencia mediática se extiende por el mundo y se evidenció con
el golpe en Honduras en diversos medios masivos que intentaron ocultar
la gravedad del golpe e inclusive acusarlo a la víctima, el presidente
Zelaya.

Esto fue imposible de sostener ante la acción clara de
América Latina y otros países del mundo y la posición tomada por la
OEA, la ONU y el propio presidente de Estados Unidos que condenó el
golpe.

Volviendo a la cronología de Eguigure este recordó que el
23 de junio el candidato a Alcalde de Tocoa de la izquierdista
Unificación Democrática sufrió un grave atentado cuando

sicarios
dispararon casi 30 balas de AK 47 contra su automóvil y resultó
gravemente herido. En esa misma ciudad fue asesinado Carlos Escaleras
(ex candidato a alcalde por el mismo partido) hace ya mas de diez años,
caso emblemático de uno de los tres que se litiga ante el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos”.

Hay una cantidad de hechos
similares que precedieron a lo actuado por los militares el 24 de junio
cuando el presidente Zelaya destituyó al general Romeo Vásquez,(un
alumno aventajado de la Escuela de las Américas) y aceptó la renuncia
del ministro de Defensa, Edmundo Orellana, después que ambos
desobedecieran la orden de distribuir el material necesario para la
realización de la consulta el pasado 28 de junio.

Al día
siguiente, en un acto de extrema ilegalidad, la magistrada Rosalinda
Cruz, anunció una decisión de la Corte Suprema que ordenaba la
restitución en su cargo de Romeo Vásquez. Esa institución se plegaba al
golpe.

El presidente solicitó de inmediato al Consejo Permanente
de la OEA una reunión urgente para el 26 de junio, a la vez que envió
una carta a los presidentes del mundo denunciando la rebelión contra el
poder civil, la voluntad del pueblo y la Constitución.

Valientemente advirtió que no se  detendría la consulta popular  y llamó al pueblo en defensa de sus derechos.

Por
su parte el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de
Honduras, COPINH, denunció el golpismo y el secuestro de las urnas por
los militares como “una ofensiva golpista planificada y ejecutada de
manera articulada entre el Congreso Nacional fascista, los medios de
comunicación y sus dueños; El Ministerio Público, los empresarios más
poderosos del país y las Fuerzas Armadas, que han venido actuando en
franco desacato a las decisiones del poder ejecutivo”. Se denunció que
el ejército asumió un papel similar al de los años 80 “cuando servía de
instrumento de desestabilización y represión” y también “la injerencia
y participación de Estados Unidos y su embajador en Honduras, quién
alertado de antemano sobre los hechos denunciados abandonó el país, y
llamó a los directivos del Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional y otras instituciones cercanas al gobierno
norteamericano, a abandonar Honduras”.

El mismo día el
presidente convocó a los sectores populares a la Casa de Gobierno y
también al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas para reafirmar su
compromiso con la consulta. Al frente de su pueblo recuperó las urnas
secuestradas.

Eso le costaría el secuestro y traslado ilegal y
la instalación de un golpe brutal, repudiado a nivel mundial desde
donde se exige la restitución del mandatario.

La mano que mece la cuna 

De
acuerdo con un trabajo del Observatorio Social Centroamericano entre
los propulsores del golpe figuran también las trasnacionales
farmacéuticas que tienen sus laboratorios en varios países de América
central y que apoyaron el movimiento desestabilizador contra el
presidente Zelaya impidiendo a principios de este año la compra de
medicamentos genéricos a precios posibles para atender la demanda del
pueblo hondureño, con un atraso de más de medio siglo en salud.

En
esto colaboraron activamente las Fundaciones de la CIA, como la
National Endowment Foundation (NED) (supuesta Fundación para la
Democracia) Y la Agencia Internacional para el desarrollo (USAID) y
especialmente el nuevo engendro de ambos, “UnoAmérica” (Unión de
Organizaciones Democráticas de América Latina)cuya peligrosidad aumenta
con los días.

Financiada por la NED y conformada por militares,
paramilitares de las pasadas dictaduras, mercenarios y fascistas
UnoAmérica está señalada en el intento de intento de asesinato contra
el Presidente de Bolivia, Evo Morales.

Precisamente la prensa
hondureña en defensa del golpe dio testimonio del apoyo de esos grupos
criminales en sus declaraciones desde Colombia contra el presidente y
estimulando el golpismo. Varios ex militares hondureños de los tiempos
de la guerra sucia partícipes en el golpe son partes de esta
organización que tomó las bases de la siniestra Operación Cóndor, una
coordinadora criminal de las dictaduras del Sur y las centroamericanas.

El periodista Jean Guy  Allaard la llama “Alianza Fascista Panamericana” con toda razón.      
Pero
el factor externo y fundamental detrás del golpe es el interés en la
preservación de las bases militares de Estados Unidos en Honduras,
dentro del plan de control de ese país, cuando el mapa de Centroamérica
no favorece a Washington.

Como denunció el Grupo de Estudios
sobre América Latina y Caribe(GEAL) a fines del año 2007, Washington
considera a Centroamérica su “frontera sur”, y el plan es resguardarla
bajo una fuerte presencia militar.

Esto se complicó más con el
nuevo plan de seguridad regional para México y Centroamérica al que
destinó Washington mil 400 millones de dólares.

Sandino
Asturias, director de la ONG “Centro de Estudios Guatemaltecos” sostuvo
que “al plan Maya-Jaguar y Palmerola, se unen los guardacostas en El
Salvador, los helicópteros estadounidenses en Guatemala y Honduras, el
fuerte papel de la DEA y el centro de radares en el aeropuerto
(militar) salvadoreño” al explicar la estrategia estadounidense.

El
plan Maya-Jaguar, acordado en 1998 y “renovado cada año por Guatemala y
Estados Unidos, establece la presencia de soldados estadounidenses en
territorio guatemalteco para reprimir el narcotráfico”.

Este
movimiento de tropas de Estados Unidos que además asesoran y forman
policías y militares es respaldado por las unidades de infantería y
naves de la Fuerza Aérea en la base de Palmerola.
Allí recordó
Asturias se encuentra la pista de aterrizaje más grande de
Centroamérica que tiene más de dos mil 600 metros, específicamente
necesaria para los grandes aviones de Estados Unidos.

“Hay un triángulo entre El Salvador, Guatemala y Honduras que refuerza la presencia militar de Estados Unidos” dijo Asturias.
El
comisionado de derechos Humanos de Honduras Ramón Custodio ha
denunciado que “Palmerola es una ocupación militar” de Estados Unidos
en su país.
A esta presencia invasora se añade ahora una nueva
creación. El 6 de febrero de 2009, el embajador de Estados Unidos Hugo
Llorrens colocó la primera piedra de una base supuestamente antidrogas
que deberá estar concluida en marzo de 2010 para ser inaugurada por el
gobierno que asuma el 27 de enero de ese año.

El Departamento de
Gracias a Dios donde se ubica la base, es fronterizo con Nicaragua y
estratégico para los planes de dominación regional de Washington. Se
sostiene que por ese corredor pasa droga procedente de Colombia hacia
Estados Unidos y esto incluye al departamento insular de Islas de la
Bahía,(Utila, Roatán, y Guanaja).

El almirante James Stavridis,
jefe del Comando Sur ya anunció la instalación de alta tecnología en el
lugar y el envío de aviones y avionetas de interdicción, lanchas
rápidas. También habrá entrenamiento de tropas.

Para los
“halcones” de Washington cualquier posibilidad de que un presidente
como Zelaya continuara en el cargo o fuera sucedido por alguien con su
misma posición en defensa de la soberanía nacional y con independencia
real de Washington no “es conveniente y menos en una región hay varios
gobiernos insumisos”.

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